06/Mar/2010.
SAN DIEGO.- No es buen augurio para ningún club cuando el tema central de discusión gira en torno a la posibilidad de que su estrella de equipo tenga los días contados.
Tal es la situación de los Padres de San Diego y Adrián González, que se menciona como la ficha más apetecida a la hora de los cambios antes de la fecha límite, el 31 de julio.
Al pelotero mexicano, quien viene de una campaña en la que bateó 40 jonrones y produjo 99 carreras, aún le quedan un par de años bajo la cobija de los Padres.
Ese pacto es considerado como un negocio redondo para los Padres, quienes en 2007 lograron contratarle por unos módicos 9,5 millones de dólares por cuatro años. San Diego tiene derecho a ejercer una opción de 5,5 millones para 2011.
La expectativa está en que si el equipo queda descolgado de la lucha por el banderín en el Oeste de la Liga Nacional, se tratará de ofrecerlo al mejor postor.
No es nada que sorprenda, puesto que su nombre ya ha sonado como parte de canjes con los Medias Rojas de Boston y los Marineros de Seattle durante el último año.
Si bien tiene sus raíces en San Diego, González sabe que el béisbol es un negocio y de hecho acaba de decir que su prioridad en su próximo contrato es un jugoso monto.
"Este contrato será el que buscaré, lo que merezco'', afirmó González al iniciar la pretemporada. Mi agente se encargará de las negociaciones, pero cuando hable con mi agente la cuestión central será sobre la valía.
Y González saldrá bastante caro. Aparte de ser un excelente fielder en su posición, con un par de Guantes de Oro que lo convalidan, para nadie escapa el factor que ha conectado 130 jonrones en las últimas cuatro temporadas como parte de un club cuyo estadio Petco Park tiene dimensiones que no favorecen a los bateadores de poder.
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